MONUMENTO AL COLEO

MONUMENTO AL COLEO
Arauca

martes, 6 de septiembre de 2011

FALSIFICACIONES EN LA HISTORIA DEL ARTE


LAS FALSIFICACIONES EN LA HISTORIA DEL ARTE.-

Según se dice «Corot pintó 10.000 cuadros, de los cuales hay 25.000 en los Estados Unidos».
La broma tiene su base real. Durante las postrimerías del siglo XIX, los paisajes de Corot alcanzaron tanta popularidad, que su falsificación cobró las proporciones de pequeña industria artesanal. Una prueba semejante de la popularidad de un artista fue la que dieron en época más reciente los falsificadores de las obras de Van Gogh, Gauguin y Picasso, y más de un millonario del petróleo tejano se ha visto obligado a reconocer que la mayor parte de su costosa colección de impresionistas son falsificaciones.
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        Las falsificaciones son tan antiguas como el arte. En la antigua Roma circulaban cuencos de plata «egipcios» fabricados por fenicios dispuestos a explotar una moda. Se hicieron falsificaciones de obras de algunos maestros italianos del Renacimiento cuando todavía vivían sus autores.
           La fruición con que narran los periódicos el descubrimiento de falsificaciones y falsificadores rodea a la cuestión de un atractivo irresistible. Se presenta a falsificadores como Hans van Meegeren, Elmyr de Hory y Tom Keating como héroes románticos, capaces no sólo de engañar a los acaudalados y presuntuosos, sino también a sedicentes expertos en arte, cuya destreza se revela bien falible.
        Pero los informes sobre los maestros de la falsificación que da la prensa son casi siempre exageraciones sensacionalistas. Las falsificaciones convincentes son extraordinariamente raras. La mayoría de los expertos son tan buenos como pretenden. Hubo quienes se dejaron engañar por los «Vermeer» de van Meegeren, pero no fueron todos, ni mucho menos, y la mayoría de los expertos pusieron en duda la autenticidad de los «Samuel Palmer» de Keating mucho antes de que su fraude se pusiera al descubierto. Las víctimas de los falsificadores son la mayoría de las veces personas demasiado orgullosas para consultar a un experto o demasiado tontos para comprar un cuadro a un marchante de reputación.
        Resulta sumamente difícil hacer una falsificación sólo convincente a medias. No pocas dificultades presenta ya el hecho de imitar el estilo de otra persona. Y todavía más difícil es hacerlo utilizando el mismo tipo de materiales para que resista un examen científico. La mayoría de las falsificaciones no lograrían engañar siquiera a un aficionado dotado de un conocimiento imperfecto de la obra del artista en cuestión.
        ¿Qué es una falsificación? La definición más precisa es la de orden legal: una falsificación es una obra de arte ejecutada con la intención de inducir a error, de hacerla pasar como creación de una mano diferente. Una copia no tiene por qué ser una falsificación, así como tampoco una pintura u objeto ejecutados en un estilo ajeno. Lo importante es la intención.
        Una atribución falsa tampoco es una falsificación. Las colecciones privadas y los museos están plagados de obras a las que no puede adjudicarse un origen definitivo. Recientemente, algunos cuadros que antes se creían de John Constable se han atribuido a su hijo Lionel. Lionel jamás pretendió imitar la obra de su padre, sólo pintaba en el mismo estilo.
        ¿Cómo podemos distinguir entre una falsificación y el objeto auténtico? La mirada del experto, sensible a las características peculiares del estilo de un artista, raras veces se deja engañar, y en caso de duda, se puede recurrir a la ciencia y a la documentación. La ciencia puede calcular la antigüedad de una pintura, de la tela, de la madera o del metal; los rayos X pueden revelar lo que hay por detrás de la superficie. En algunos casos, los documentos pueden proporcionar una cadena de conexiones que nos remontan al pasado, en ocasiones, hasta llegar al propio artista. Los objetos genuinos, a diferencia de las imitaciones, siempre tienen historia.
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        Keating, el falsificador inglés más famoso de después de la guerra, ha negado hasta el cansancio que haya tratado jamás de hacer pasar sus pastiches por obras de otros artistas. Sin embargo, en 1976 se celebró en una galería privada de Londres una exposición de «obras recientemente descubiertas de Samuel Palmer». Todas las obras expuestas eran de Keating.
        La Cena de Emaús, de Han van Meegeren, en el estilo de Vermeer (1632-75) en óleo sobre tela se trata de la falsificación más conseguida del más grande falsificador de nuestro tiempo, que tan bien hizo tragar el anzuelo a los expertos. Pero no consiguió engañar a todos. Su éxito temporal se debió en parte al hecho de que pintó sus cuadros inmediatamente antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Las insólitas circunstancias impidieron un examen adecuado.
        Hans van Meegeren pintó un «Vermeer» bajo la supervisión de la policía en 1945. Hans van Meegeren fue sometido a juicio en Amsterdam, en 1947. Algunos expertos se dejaron engañar hasta tal punto por las falsificaciones de van Meegeren que se resistían a creer su afirmación de que él mismo las había pintado (muchos falsificadores sienten una necesidad patológica de dar a publicidad su fraude). En 1945 pintó un «Vermeer» bajo la supervisión de la policía. En 1947, poco antes de su muerte, fue llevado a juicio.
        En la "Mujer con sombrero", de Elmyr de Hory no podemos decir que nos encontremos ante una falsificación, sino más bien ante una mala copia del celebrado retrato fauve que hizo Matisse de su mujer (Mujer con sombrero, 1905, colección privada). El extravagante De Hory pretendía haber vendido muchas falsificaciones de pinturas modernas a coleccionistas privados, no tanto para su ganancia personal como para poner de manifiesto la corrupción y avaricia imperantes en el mundo del arte. Sin embargo fueron muy pocos los expertos que se dejaron engañar por los pastiches de De Hory. Cuando se hizo famoso, De Hory se ganó la vida haciendo pastiches y copias que firmaba con su propio nombre de pila.
  Una comparación de un paisaje de John Constable ("Árboles de Hampstead: el sendero de la iglesia", de John Constable; óleo sobre tela; 91 x 72 cm.; 1821?, Victoria and Albert Museum, Londres), con otro de su hijo Lionel ("En las inmediaciones de Stokc-by-Nayland, óleo sobre tela; 36 x 44 cm.; c 1820; Tate Gallery, Londres) demuestra lo fácil que resulta atribuir erróneamente un cuadro. La gama de colores, el tratamiento del cielo y del follaje así como el enfoque del tema resultan sorprendentemente similares en ambos. Sólo un cuadro inspirado y una paciente investigación pueden desembocar en una atribución acertada.

 


LAS 10 PINTURAS MAS FAMOSAS

1. La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci
Su nombre oficial es la Gioconda que tiene como significado “Alegre”, la identidad de esta modelo es vana pues se dice primero que fue era esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo y que su nombre era Lisa Gherardini.

Otros piensas que era vecina de Leonardo y que estuvo embarazada, lo que trae mucha curiosidad a los investigadores y espectadores, además de su enigmática sonrisa.
Mona Lisa 192x300 Las 10 Pinturas más Famosas del Mundo
2. La Última Cena de Da Vinci
Pieza que fue creada entre 1494 y 1498, un cuadro que representa la fe cristiana en la cual Jesús quiso compartir su última cena con sus apóstoles.
Actualmente ubicada en el refectorio del convento dominico de Santa María de las Gracias en Milán (Italia).
Esta pieza esta llena de misterios hecha en la época del renacimiento.

3. El Juicio Final (Capilla Sixtina) de Miguel Ángel.
Tambien representante del renacimiento italiano fue Miguel Ángel un hombre multifacético por ser arquitecto, escultor, pintor y poeta.
El más importante de ellos fue la decoración al fresco de la Capilla Sixtina. Pintando en una posición forzada, acostado de espaldas al suelo sobre un elevado andamiaje, Miguel Ángel plasmó algunas de las más exquisitas imágenes de toda la historia del arte.
4. David de Miguel Ángel
Una obra maestra hecha en el renacimiento, esta escultura hecha mármol blanco de 517 cm. de altura, fue elaborada en los años 1501 y 1504.
Su realización fue esculpido con cincel y miguel hizo esta cultura para fuese admirada desde cualquier punto para los espectadores. Este representa el momento bíblico donde David se enfrento a Goliat.
Según los historiadores dicen que es la obra más famosa del mundo.
5. El Grito de Munch
1863-1944, movimiento expresionista, considerado como una de las mejores obras del importante Eduard Munch. Este cuadro representa al hombre moderno con la particularidad que su rostro muestra la angustia y problemas utilizando un fondo de Oslo, actualmente se muestra en La galería nacional de Oslo- Noruega.
6. La Creación de Adán
La Creación de Adán es un fresco de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina. Es una de las obras de arte más apreciadas y reconocidas del mundo y representa la escena del Génesis en el que Dios le da vida a Adán. Se dice que la mujer que rodea el brazo de Dios es Eva, quien espera a que se le de vida en la Tierra. Algunos aseguran que las figuras representadas detras de Dios forman un perfecto cerebro humano. Esta obra volvió a circular en Internet gracias a la invención del Flying Spaghetti Monster.
7. Guernica
Uno de los cuadros más conocidos de Pablo Picasso, lo hizo como encargo del gobierno español por motivo del bombardeo en Guernica. Los tonos grises se explican porque la primera noticia que tuvo Picasso del bombardeo fue a traves del periódico. Se dice que en 1940 un oficial alemán le preguntó a Picasso que si era él el que había hecho eso. El pintor respondió: “No, han sido ustedes”.
8. El Beso – Gustav Klimt. 1907-1908
Es una de las obras más famosas de Klimt, y refleja un breve momento de pasión entre dos personas. El erotismo y la desesperación son características estilísticas de la secesión vienesa Las formas redondeadas -características del modernismo- y el color dorado, tan utilizado por el autor, aumentan la erotización del asunto, convirtiendo el maestro el acto en un elemento decorativo
Estilísticamente, destacaría la delicadeza de líneas gracias a su acertado dibujo, el empleo de tonalidades brillantes y el contraste de la piel dorada del hombre con la tez pálida de la mujer y con las telas que los rodean. La línea sinuosa domina la composición, desapareciendo toda referencia espacial y eliminando la sensación de perspectiva tradicional. El resultado es una obra cargada de belleza que se ha convertido en símbolo de una época.
9.  Niña delante de la Chimenea – Balthus  1955
La pintura de Balthus es una experiencia visual del deseo, el silencio y la pureza. Es una anotación intimista sobre la belleza y sus riesgos. Su obra es un pacto luminoso con el silencio y con los deseos ocultos que de manera comprensible nos pierden. Transmitir que la belleza y la inocencia encierran peligros insospechados fue la gran lección de la obra de Balthus
Niña delante de la Chimenea es un claro ejemplo de ello. En una sala desierta aparece una niña observando su desnudez en un espejo. Todo lo que le rodea es una luz erótica, inquieta, que envuelve la escultural monumentalidad de la modelo, que parece tallada en mármol. Pese a la frialdad de la sala, la luz lo tiñe todo de calidez y es esa luz, junto a la postura de la niña, la que nos confunde con sus matices eróticos.

10.  Las Señoritas de Avignon – Pablo Picasso. 1906-1907

Esta obra ha sido tomada como uno de los más grandes paradigmas que quebró con la concepción del Arte hasta ese momento y dio lugar al desarrollo del Arte del siglo XX. Si bien la obra fue creada entre los años 1906 y 1907 se expuso recién en 1916 y su título fue dado en 1920.
Éste era, sin duda, el principio para Picasso y para los muchos de otros artistas que exhibieron este estilo del cubismo, uno de los movimientos más importantes del arte del siglo XX.
La influencia de obras primitivas, prerromanas está muy clara en las caras de las mujeres, que se sitúan en la izquierda del cuadro. La referencia también se hace a la escultura “negra”. Este arte ibérico influencia a las dos mujeres situadas en el centro.